Quería ver si las manifestaciones eran mucho más fáciles o posibles trabajando en ellas con otras personas. Le pregunté a mi hija si estaba dispuesta a probar este experimento conmigo y ella accedió. Ella también quería saber si todo esto era cierto y si la vida era así de fácil.
No estábamos seguras qué manifestar. Sabíamos que tenía que ser algo diferente, algo que nunca habíamos visto antes y algo que ambas pudiéramos creer que fuera posible ver. Finalmente decidimos tratar de manifestar un coche cebra. Nunca habíamos visto uno, así que ni siquiera sabíamos si realmente existían. Miramos en el Internet para ver cómo se vería uno, si es que verdaderamente eran reales.
Para hacer las cosas un poco más reales, también dijimos que si este tipo de coche estaba realmente por ahí, nosotras tendríamos que verlo al mismo tiempo. Así que, durante 3 días hicimos una meditación de 5 minutos, tratando de visualizarnos viendo el coche juntas celebrando mientras caminábamos por la calle, pero nada pasó durante dos semanas.
Un día mi hija me preguntó si lo que estábamos haciendo era algo posible o real. Ella dijo que no sabía cómo esto podría ser posible. También le dije que yo mismo tenía algunas dudas al respecto. Le dije que teníamos que seguir intentándolo, pero que en primer lugar necesitábamos poder olvidarnos del "cómo" y que, en segundo lugar, yo tendría que dejar atrás mis dudas.
Pocos días después, empezamos a ver coches pintados con todo tipo de colores extraños, pero en lugar de dejar que esto nos frustrara porque no era el carro cebra, nosotras celebramos sabiendo que nos estábamos acercando a ver el coche pintado de cebra. Después de otras dos semanas, fui a recoger a mi hija a la casa de una amiga y mientras ella se subía al auto, me preguntó si había visto algo, pero le recordé que necesitábamos verlo juntas, al mismo tiempo. Empezamos a celebrar, fingiendo que ya habíamos visto el coche cebra. Estábamos bailando y diciendo en voz alta: "Universo, gracias, gracias, gracias porque vimos el coche cebra, gracias, gracias, gracias."
Estábamos riendo y divirtiéndonos un montón. Esto duró unos pocos minutos, después de eso, paramos y lo olvidamos por completo. Después de 5 minutos de estar conduciendo vimos el coche cebra conduciendo justo al lado de nosotras. Estábamos extremadamente agradecidas con la situación y con el Universo, y por supuesto muy felices por lo que acababa de suceder. Nunca antes habíamos gritado de esa forma.
Después de eso e incluso hasta estos días es muy normal que veamos un coche cebra. Tanto así que dos semanas después de esa increíble manifestación, vimos otro coche cebra parqueado en la tienda de mercado. Poco después, una amiga me habló acerca de un accidente que había ocurrido en la autopista con un coche cebra. Unos meses más tarde, una limosina estaba estacionada frente a la escuela de mi hija y ¿adivina qué? Era una limosina pintada de cebra y aparentemente era la única en todo el estado de Oregon.